martes, 21 de diciembre de 2010

4ª ETAPA – VILA PRAIA DE ÂNCORA (Portugal)



La exposición itinerante de pintura de la Asociación DIUR, en su recorrido del Camino Portugués de Santiago, inaugura la estancia de su 4ª etapa en la GALERÍA GUNTILANIS de Vila de Praia de Âncora (Portugal) el día 5 de Julio. En esta ocasión, los miembros asistentes al acto viajan por sus propios medios…
Vila de Âncora es una freguesía portuguesa del concelho de Caminha, con 8,15 Km. cuadrados de superficie y 4.688 habitantes. Fue elevada a la categoría de Vila el 5 de Julio de 1.924, siendo la vila y freguesia más populosa del Municipio de Caminha. Está sembrada de restos prehistóricos, entre los que destaca la Anta da Barrosa, también denominada Lapa dos Mouros, monumento megalítico levantado al final del tercer milenio a.C (neolítico), que está clasificado como monumento nacional por el IPPAR desde 1.910. Situado sobre una elevación rocosa en la margen derecha da Foz do río Áncora, el Fuerte de Áncora (o Forte da Lagarteira) defendía el puerto y la población pesquera; se remonta a la época de la “Guerra de Restauración de la Independencia”, entre 1.640 y 1.668. Otras construcciones de interés son: su Igreja matriz, las capillas de Nossa Senhora da Bonança, de S. Bras, del Divino Salvador, de S. Sebastiâo, etc. Los romanos tenían instalado un entreposto para la recogida de los metales que extraían de las minas de Ribó, Obacém y Gondar; por ahí desembarcaban sus tropas y embarcaban la minería. Esta freguesía aparece mencionada en documentos del siglo X, con la designación de “Gontinhâes”, y en la tasación a que se procedió en el reinado de D. Dinis en, 1.320, figura encuadrada en la acreencia da vinha con una tasa de 40 libras. Según la leyenda, el origen de su actual topónimo se debe a que en la foz del río, el rey Ramiro (el de la leyenda de Gaia) ahogó a su adúltera esposa con una mó atada al pescuezo, como si fuera una áncora. En la actualidad, su enorme capacidad hotelera es uno de los pilares del desenvolvimiento turístico. En este aspecto no faltan atractivos para seducir a los turistas; desde las playas fluviales y atlánticas, entre las que sobresale a Praia das Crianças (un arenal de aguas tranquilas en el que el mar y el río se calman mutuamente para beneficio de la chiquillada), hasta el magnífico panorama que se divisa desde el Monte del Calvario, sin olvidar su muy sabrosa gastronomía regional.

La hora fijada para el acto inaugural es la de las cinco de la tarde (hora portuguesa, naturalmente). El sol cae a plomo sobre algunos miembros de la Asociación que hemos llegado con cierta antelación y decidimos cobijarnos del calor sofocante en un bar cercano a la Galería; un establecimiento modesto, si bien no tanto como los irrisorios precios que nos cobran por los refrescos (0,70 E la unidad). Llegado el momento, nos recibe el señor Mario Rebelo Sousa, un hombre extraordinariamente agradable que se ha encargado de la ubicación de nuestras obras. La Galería Guntilanes es un edificio de tres plantas, de no muy grandes dimensiones pero sumamente coqueto. El doctor Sergio Cadilha es su director, aunque quien cumplimenta el acto inaugural, pronunciando un discurso emotivo de agradecimiento por nuestra participación, es el doctor Paulo Pereira, Vareador de Cultura. Como María Teresa Cortada, presidenta de la Asociación, no ha podido asistir por ineludibles asuntos personales, la respuesta corre a cargo del vicepresidente, nuestro compañero José Ramos, quien siguiendo la costumbre le obsequia con un jarrón de cerámica y el pergamino de marras.

Tras un minucioso recorrido por las distintas salas y el disfrute de una vista maravillosa de la villa y sus playas desde el tercer piso, se da por concluido el acto inaugural. Las obras permanecerán expuestas hasta el día 29 del presente mes de Julio.


Germán Pérez; Pontevedra, Julio de 2.010





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